Saber tomarse un respiro y relajarse en momentos tensos es una manera inteligente de volver a la calma y renovar energías. Proponemos 10 formas sencillas y eficaces.
A nuestro alrededor todo parece competir para exigir nuestra atención y nuestra respuesta. A todas horas e inmediatamente.
El cuerpo está preparado para asumir los retos de un entorno cambiante pero no para vivir en un estado permanente de alerta, que en algunas personas se da incluso cuando duermen o intentan dormir.
Todos, en mayor o menor grado, sufrimos estrés, porque está implícito en el hecho de vivir.
A continuación se ofrecen algunas de las técnicas relajantes más efectivas. Todas requieren saber fluir con la situación.
5 Formas sencillas de relajarse
1. APACIGUAR LA MENTE CON LA MEDITACIÓN
Meditar es prestar atención sin juzgar; permitirse estar en el lugar en el que se está, tal y como se está y dejando que, en ese mismo instante, el mundo sea también exactamente el que es.
Lo paradójico es que solo se puede serenar la mente cuando no se pretende nada y uno deja de convertirse en un obstáculo.
En medio de la más manifiesta imperfección, quien medita reconoce su perfección, con todas sus vulnerabilidades, apegos, tribulaciones y malos hábitos.
2. EJERCICIO FÍSICO PARA LIBERAR TENSIÓN
El ejercicio libera la tensión acumulada en la musculatura, hace que la respiración se vuelva más profunda y rítmica, y masajea los músculos y órganos internos.
Pero, además, practicarlo obliga a reservarse un tiempo para uno mismo en el que se tiene la mente ocupada en algo distinto a las preocupaciones.
Correr, bailar, dar una vuelta en bicicleta, caminar… cualquier opción es válida mientras el cuerpo pueda descargar el estrés a través del movimiento.
3. TENER CONTACTO CON LA NATURALEZA
La naturaleza puede llevar a la quietud. Percibirla y unirse a ella amansa el pensamiento.
Para experimentarlo es imprescindible abandonar momentáneamente el equipaje personal de problemas y renunciar también al deseo de explicarlo todo y etiquetarlo.
4. CALMAR LOS SENTIDOS CON VELAS, MÚSICA Y ESENCIAS
Los sentidos, nuestra ventana al mundo, reciben a veces una abrumadora cantidad de información, en especial la vista. Darles un respiro ayuda a relajarse.
La energía de la luz es tan vigorizante que, de forma natural, se suelen cerrar los ojos para calmarse.
5. RECONOCER Y EXPRESAR LAS EMOCIONES
Se gasta menos energía en dejar salir las emociones que en inhibirlas.
La represión de las emociones, el fuerte autoenjuiciamiento y el perfeccionismo se asocian a la tensión nerviosa.
Ocurre, en particular, con la incapacidad para descargar o experimentar apropiadamente la ira, cosa que a veces se oculta tras una fachada de amabilidad.