Etapas de un grano, ¿cómo cuidarlo?

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Etapas de un grano, ¿cómo cuidarlo?

Sabemos que alguna vez te ha salido un molesto y vistoso  granito, por ello te mostramos las etapas de un grano y cómo cuidarlo.

Hay que aclarar que un grano o barro no desaparece de un día para otro. Hay varias etapas en la formación de estas lesiones microquísticas, comedonales e inflamatorias en la cara, la espalda, el cuello y el tórax, que comienzan durante la pubertad pero también se producen en la edad adulta.

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Los granos se forman cuando las células de la piel muerta se mezclan con aceite excedente (sebo). Esta mezcla tapa los poros, causando hinchazón. Las bacterias pueden crecer en la mezcla y producir una infección y pus.

Glándula infectada y grano

¡El granito es la punta del iceberg! 

Hay cuatro fases en la formación de un grano:

  1. La sobreproducción de sebo.
  2. El engrosamiento de la piel.
  3. La formación de puntos negros y comedones.
  4. La inflamación.

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Las hormonas estimulan la secreción de sebo y hacen que la piel sea más grasa, especialmente cuando las enzimas de la piel hacen un mal uso de ellas (como en la pubertad y en épocas de estrés).

La capa superior de la piel se engrosa debido al aumento de los ácidos grasos libres y se vuelve pegajosa. Los folículos pilosebáceos (sacos situados a nivel de la piel) se llenan de células y sebo que se vuelven negros al contacto con el aire: estos son los puntos negros.

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Las bacterias provocan entonces una inflamación en estas zonas, lo que lleva a la formación de granos, pústulas (puntos blancos), así como quistes y nódulos.

Tipos de granos en la cara

Por supuesto que hay variación y tipos de acné en el rostro:

  • Pústulas: granos de hasta 5 mm, rojos e inflamados. Tienen una gran tendencia a reaparecer y poseen contenido purulento.
  •  Microquistes: puntos blancos de 2 a 3 mm cerrados.
  • Nódulos: una de las formas más graves, ya que son gruesos y se pueden palpar debajo de la piel. Incluso pueden convertirse en abscesos y dejar marcas residuales.
  •  Pápulas: granos dolorosos y calientes que pueden convertirse en pústulas y su tamaño alcanza hasta los 5 mm.
  • Espinillas abiertas o puntos negros: no suelen inflamarse, salvo que se manipulen y a veces se expulsan por sí solas.

¿Cómo cuidar tu granito?

El cuidado y la higiene son tus aliados sí o sí. 
  • Limpia tu piel dos veces al día y desmaquíllate todas las noches.
  • No uses productos de limpieza agresivos. Opta por geles limpiadores suaves más adecuados.
  • Evita pellizcar o apretar tus granitos, pueden dejarte cicatrices.

cuidado de la piel

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