La estabilidad emocional es la capacidad de mantener una actitud positiva y equilibrada, a pesar de las circunstancias externas. Esto incluye la capacidad de manejar las emociones y los pensamientos, responder de forma apropiada a los estímulos, así como el control de las reacciones a la frustración, la ansiedad y los cambios bruscos en la situación.
Cabe recalcar que una persona no siempre tiene emociones positivas, ni se encuentra ante situaciones que le lleven a sentirlas, como es lógico. En este sentido, se trata de la gestión para poder sobreponerse a las emociones negativas y disfrutar de la positivas. Es contar con una serie de herramientas para superar problemas y situaciones estresantes que no hundan anímicamente y que, por lo tanto, nos permita ser más felices.
A lo largo del día, nuestro estado de ánimo puede variar. Podemos levantarnos cansados y agotados y terminar el día realmente felices, o viceversa. Es más, puede que, a lo largo del día, haya diferentes picos y valles emocionales que conviertan nuestro día en una especie de montaña rusa.
En sí, no tiene porque ser malo, que quede claro. Una persona que tenga cierto vaivén emocional no tiene necesariamente que tener un problema. Lo importante es que se pueda controlar y que no suponga un obstáculo para desenvolverse en el día a día. De hecho, la inestabilidad emocional, de no ser conducida adecuadamente, puede ser la causa detrás de enfermedades como la ansiedad o la depresión, ya que las emociones negativas se apoderan y atrapan a la persona que lo sufre.
CAUSAS DE LA INESTABILIDAD EMOCIONAL
Las razones son múltiples. Hay personas que sufren situaciones estresantes de carácter externo que deben de manejar de la mejor manera posible, como un trabajo estresante.
En otras ocasiones, puede deberse a ciertas carencias en la gestión emocional por la cual una persona se ahogue en “un vaso de agua”. De la misma manera, puede que se deba a alguna patología. Es más, estás patologías están directamente relacionadas como el Trastorno de Inestabilidad de la Personalidad, TIE.
También hay que señalar que la inestabilidad emocional puede estar relacionada con la genética, donde hay personas con cierta predisposición a padecerla. Otros factores que se pueden vincular a la inestabilidad emocional van desde los cambios bruscos del ritmo biológico al tipo de educación recibida.
SÍNTOMAS DE LA ESTABILIDAD EMOCIONAL
Estos son algunos síntomas de la estabilidad emocional:
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Me conozco: Entiendo por qué estoy bien o mal. Tengo altibajos emocionales que se pasan pronto y casi de manera involuntaria.
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Mantengo el equilibrio: Me preocupo por las cosas negativas, lo justo y necesario. Los malos momentos pasan pronto y no me desespero cuando me siento mal.
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Encuentro momentos de relajación: Me relajo por mí mismo y sé desconectar dentro de lo que cabe. Me siento seguro y estoy centrado en el presente.
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Siento paz con el pasado: No tengo emociones negativas con las cosas desagradables pasadas y analizo los posibles problemas futuros con tranquilidad.
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Sé que hay cosas que no dependen de mí: Consulto con mi entorno para valorar mis emociones y la importancia de las mismas. Actúo en el momento y con la proporción justa del problema que ha ocasionado mi malestar.
Si necesitas ayuda, no dudes en acudir con especialistas de la salud mental, pedir ayuda no esta mal, pedir ayuda puede salvarte. O llama a la Línea de vida 01 800 911 2000.