Muchos hombres en nuestra sociedad no han recibido permiso para expresar abiertamente sus sentimientos tristes y no han tenido modelos masculinos adecuados o «hombres emocionalmente disponibles para guiarlos».
Aquí está el problema con eso: si no empezamos a enseñar a nuestros hijos que está bien llorar, continuarán reprimiendo sus sentimientos y nunca aprenderán a lidiar con ellos de una manera sana y madura. Esto puede tener efectos devastadores a largo plazo en su salud mental, sus relaciones y su capacidad para conectarse emocionalmente con los demás.
Éstos son algunos de los consejos que podrías poner en práctica.
!Recuérdales que llorar es bueno para ellos!
El llanto es una respuesta emocional natural y saludable y una parte crucial del desarrollo socio-emocional de tu hijo.
Explica cómo el llanto ayuda a liberar el estrés y que es bueno para su salud. Los investigadores han descubierto que llorar lágrimas de tristeza ayuda a eliminar muchos tipos de hormonas del estrés del sistema y hace que el cuerpo libere un analgésico natural llamado leucina encefalina .
!Predicar con el ejemplo!
¿Qué tan cómodo te sientes llorando? ¿Qué mensajes te dieron sobre cómo expresar tus emociones cuando crecía? ¿Alguna vez los adultos a tu alrededor te dijeron que «dejar de llorar» o «no estar triste» o «ser valiente»?
Muchos de nosotros hemos sido condicionados por nuestra cultura a no llorar, y como resultado luchamos para conectarnos con nuestras lágrimas. Si queremos criar hijos emocionalmente sanos, debemos demostrar que podemos manejar nuestros propios sentimientos desafiantes.
Después de todo, !nuestros hijos aprenden más por lo que hacemos que por lo que decimos! Así que deja que tus hijos te vean llorar y muéstrales que es una reacción normal.
Ya sea que expresemos frustración y enojo por su comportamiento o respondamos a la decepción o la tristeza, modelamos que tener el coraje para enfrentar todos nuestros sentimientos, sin importar cuántas lágrimas evocan, es una marca de verdadera fortaleza.
!Hacer espacio para escuchar!
!Crea un ambiente seguro en el hogar donde su hijo pueda ser abierto y honesto! Hazle saber que siempre estás ahí para escuchar sin juzgar.
Retener el impulso de ofrecer soluciones. Habrá muchas ocasiones en que todo lo que tu hijo realmente quiere es alguien con el que se identifique y valide lo que está experimentando; no necesariamente te está pidiendo que hagas las cosas mejor o que desaparezcan. Al estar allí para tu hijo de esta manera, puede ayudarlo a aprender a enfrentar sus sentimientos y apreciar la reconfortante verdad de que incluso las emociones más perturbadoras eventualmente desaparecen, sin importar cuán asustadizos puedan parecer al principio.
!Proporcionar herramientas para manejar grandes sentimientos!
Ten en cuenta que algunos niños se lanzan a la ira precisamente porque expresar agresión se siente más seguro y más aceptable para ellos, que revelar su vulnerabilidad a través de las lágrimas.
Dale las herramientas para manejar los sentimientos como el enojo de manera productiva. Por ejemplo, toma un descanso de 10 minutos para calmarte o corre alrededor de la cuadra para desahogarte. Enséñale a tu hijo que no necesita hacer el acto de lo niño duro en el patio de recreo y que hay formas alternativas y respetuosas de lidiar con los conflictos.
!Fomentar las relaciones con modelos masculinos positivos!
Incluso si tu hijo no tiene un padre presente en su vida, puede ser invaluable para él desarrollar una relación con una figura de «mentor», tal vez un tío, primo, abuelo, padrastro, padrino, u otro amigo de la familia.
Los muchachos jóvenes necesitan modelos masculinos maduros que puedan demostrarles que no es un signo de debilidad demostrar que a veces están tristes. Necesitan la seguridad de estos hombres de que está bien ser vulnerable y sensible o expresar temor y compasión, y que todavía será considerado masculino y aceptable como hombre.
!Cuestiona lo que significa ser un hombre!
Todos hemos escuchado las expresiones «Los niños grandes no lloran», «deja de llorar como una niña», «sé un hombre» y «hombre arriba».
No podemos controlar los mensajes que la sociedad envía a nuestros hijos sobre la masculinidad, pero podemos ser conscientes de la forma en que les hablamos. Entonces discuta qué significa realmente ser hombre y desafíe las ideas estereotipadas de que los hombres «reales» son duros y carentes de emociones.
Demuéstrale a tu hijo que ser hombre no se trata de sucumbir a la presión de los compañeros y que no necesita la aprobación de los machos alfa o los hombres agresivos. Esté abierto a nuevas definiciones de masculinidad y aprenda a ver a su hijo como un individuo único que expresará la masculinidad a su manera.
Ayúdale a aprender a confiar en su propio juicio y a respetarse a sí mismo y a los demás, particularmente en la forma en que se relaciona con las mujeres.
