A tan solo dos días de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos, el Ejército de ese país se prepara para desplegar alrededor de 1,000 soldados adicionales en la frontera con México. Según un funcionario estadounidense, este movimiento tiene como objetivo reforzar las medidas de seguridad en la franja limítrofe, en consonancia con la política migratoria impulsada por el nuevo presidente.
Aunque no se ha especificado la fecha exacta del despliegue, los nuevos soldados se unirán a los miles de integrantes activos de la Guardia Nacional ya posicionados en la frontera. Este incremento se produce después de que Trump firmara una orden ejecutiva relacionada con la inmigración, que busca reforzar la vigilancia en la frontera y agilizar las deportaciones.
México responde con albergues para deportados
Mientras tanto, las autoridades mexicanas ya están tomando medidas preventivas ante la posible llegada masiva de ciudadanos deportados. En Ciudad Juárez, Chihuahua, han comenzado la construcción de albergues temporales con capacidad para miles de personas. Enrique Licón, funcionario municipal, informó que estas instalaciones deben estar listas en pocos días para ofrecer refugio, alimentos, atención médica y apoyo en trámites de identificación a los repatriados.
“Es sin precedentes”, señaló Licón mientras se descargaban estructuras metálicas en los terrenos cercanos al Río Grande, que separa Ciudad Juárez de El Paso, Texas.
El plan: México te abraza
Esta iniciativa forma parte del programa del Gobierno mexicano llamado «México te abraza», que también incluye la habilitación de centros de recepción en otras ocho ciudades del norte del país. Además, se planea contar con una flota de autobuses para trasladar a los deportados a sus lugares de origen, buscando facilitar su reintegración.
Por su parte, Donald Trump ha reiterado su compromiso de realizar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, con el objetivo de expulsar a millones de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, expertos señalan que una acción de tal magnitud podría llevar años y tendría costos económicos muy elevados.
Un clima de incertidumbre
El panorama actual genera inquietud tanto en México como en Estados Unidos, con miles de familias que podrían verse afectadas por estas decisiones. Mientras las políticas migratorias de la nueva administración estadounidense comienzan a tomar forma, las autoridades mexicanas trabajan para responder a las posibles consecuencias humanitarias.
Este despliegue militar y las medidas preventivas en México marcan un nuevo capítulo en las relaciones fronterizas entre ambos países, que será crucial seguir de cerca en los próximos meses.
