La dependencia emocional es un apego patológico que tiene lugar en las relaciones personales, tanto de amistad, familiares o de pareja. Es un estado psicológico que afecta a muchas personas, aunque no siempre es fácil de identificar.
Muchas de las personas que lo sufren no llegan a ser conscientes de esto. Las personas que se relacionan desde la dependencia tienden a presentar falta de autocontrol y una necesidad exagerada de atención, afecto y valoración. Esto va acompañado de un profundo malestar cuando se alejan de ese otro en el cual han depositado sus necesidades.
¿QUÉ ES LA DEPENDENCIA EMOCIONAL?
La dependencia emocional puede definirse, como un patrón psicológico que produce la necesidad de que otra persona asuma la responsabilidad en los acontecimientos más importantes de la vida, dificultad para tomar decisiones autónomas, temor a la separación de determinadas personas e incapacidad para poner límites o expresar desacuerdo por miedo a perder el apoyo o la aprobación de los demás.
La persona dependiente emocional puede experimentar una gran sensación de desamparo cuando se encuentra sola, a causa de sus intensos temores a no ser capaz de cuidar de sí misma. Suele darse también una preocupación exagerada y no realista por miedo a un abandono.
La dependencia emocional es la base de muchos celos patológicos, y de hecho, las personas con dependencia emocional suelen mantener relaciones poco sanas, en las que experimenta sentimientos poco adaptativos y excesivos, con una gran inseguridad por el temor a que la relación se acabe en cualquier momento.
Con frecuencia estas personas ignoran sus propias necesidades. Al final, terminan anulándose para favorecer a su familia, pareja o amistades, ya que pueden ser extremadamente sensibles a la aprobación de sus actos o decisiones por parte de los demás.
TIPOS DE DEPENDENCIA EMOCIONAL
La dependencia emocional es un rasgo de la personalidad que puede afectar a las relaciones en mayor o menor grado. Pero si el grado de dependencia es muy elevado, entonces se clasifica como un trastorno
Dentro de la dependencia emocional se reconocen dos perfiles diferentes: el demandante y el dador, y en general se clasifican tres grandes tipos de dependientes emocionales:
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Dependiente afectivo. Asume el rol de demandante y necesitado, requiere atención, afecto y valoración.
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Dependiente instrumental. Asume el rol necesitado, y demanda protección, orientación y cuidados.
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Codependiente. Su rol es el de dador, salvador y ayudado de la otra persona. Provoca o acrecienta la dependencia del otro para asegurar su permanencia y convertirse en una persona imprescindible.
SÍNTOMAS DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL
Los patrones de comportamiento de las personas que padecen dependencia emocional son muy amplios, pero se pueden resumir en los siguientes puntos:
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No soportan la soledad, y la distancia, emocional o física de su pareja o persona de referencia, genera estrés, tristeza o ansiedad.
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Tienden a ser personas sumisas y no son capaces de expresar opiniones libremente por miedo a la desaprobación.
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Presentan una autoestima muy baja con una minusvaloración de las cualidades personales.
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Tienen una gran necesidad de complacer las demandas, deseos y expectativas de los demás, especialmente de la persona hacia la cual han desarrollado dependencia.
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Hay una fuerte tendencia a la idealización del otro, al cual se someten y complacen para evitar un posible abandono.
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El codependiente, hace constantes autosacrificos para complacer a la otra persona, experimentando a la vez sentimientos de culpa por no hacer lo suficiente.