Con el incremento de las temperaturas en gran parte del país, el aire acondicionado se vuelve esencial para mantener un ambiente confortable dentro del hogar o espacio de trabajo. Sin embargo, el buen funcionamiento de estos sistemas no depende solo de una buena instalación o de la calidad del equipo: el mantenimiento preventivo es clave para asegurar su rendimiento, durabilidad y eficiencia energética.
Por qué es fundamental el mantenimiento preventivo
Un error común entre los usuarios es asumir que el aire acondicionado no necesita atención mientras enfríe. Sin embargo, esta lógica puede salir cara. Sin mantenimiento periódico, incluso el mejor equipo corre el riesgo de fallar justo cuando más se necesita. Las altas temperaturas coinciden con la saturación de servicios técnicos, por lo que una avería puede traducirse en días sin climatización, incomodidad y hasta riesgos para la salud en personas vulnerables.
Además, la falta de mantenimiento puede ocasionar problemas invisibles como el aumento en el consumo eléctrico o la circulación de aire contaminado. Acumulaciones de polvo, bacterias o moho en los filtros y ductos no solo afectan el rendimiento del sistema, también deterioran la calidad del aire que se respira dentro de casa.
Impacto en la eficiencia y en el bolsillo
El mantenimiento preventivo no solo previene fallas; también mejora la eficiencia energética. De acuerdo con el Departamento de Energía de Estados Unidos, un aire acondicionado bien cuidado puede reducir el consumo eléctrico hasta en un 30 %. Esto significa un impacto directo y positivo en el costo de las facturas mensuales.
Por otro lado, la Asociación para la Calidad del Aire Interior (IAQA) estima que el mantenimiento regular puede reducir hasta en un 95 % la probabilidad de fallas mayores. Así, una inversión relativamente pequeña en limpieza y revisión periódica puede evitar reparaciones costosas y prolongar la vida útil del equipo.
Salud y bienestar: lo que no se ve, también importa
El aire acondicionado mantiene las ventanas cerradas durante gran parte del día, lo que favorece la acumulación de contaminantes si el sistema no está limpio. Los filtros y conductos sucios pueden dispersar partículas dañinas en el aire, afectando especialmente a personas con alergias, asma o sensibilidad respiratoria.
Por eso, realizar una limpieza profesional y asegurarse de que los filtros estén en buen estado no solo mejora el desempeño del sistema, sino que protege la salud de quienes lo usan.
¿Cada cuánto se debe dar mantenimiento?
De acuerdo con Gabriel Palomares, gerente del área de Refacciones de Trane México, lo ideal es realizar dos mantenimientos al año:
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Uno antes de la temporada de calor (verano)
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Otro antes de la temporada de frío (invierno)
Esto es suficiente para asegurar que los filtros estén limpios, los ductos libres de obstrucciones y que el sistema funcione con eficiencia cuando más se necesita.
El respaldo técnico también es parte del mantenimiento
Contar con un buen proveedor de servicios no es un lujo, sino una necesidad. El mantenimiento preventivo solo es efectivo si se dispone de refacciones adecuadas y de técnicos que conozcan tanto las características del equipo como las normativas ambientales vigentes.
En este sentido, Palomares recomienda buscar proveedores que no solo vendan piezas o repartan servicios, sino que ofrezcan cobertura nacional, acceso rápido a refacciones y soluciones prácticas en caso de que una parte específica no esté disponible.
Redes como Servipartes, impulsadas por Trane, cumplen este rol, facilitando no solo el acceso a piezas originales, sino también acompañamiento técnico para que el mantenimiento sea eficaz, seguro y acorde con las exigencias del mercado actual.
Conclusión: prevenir es más rentable que reparar
Con el clima cada vez más extremo, preparar tu sistema de aire acondicionado no es opcional. Realizar mantenimiento preventivo dos veces al año, asegurarte de contar con piezas confiables y apoyarte en servicios técnicos especializados te permitirá disfrutar de un ambiente fresco, saludable y sin interrupciones durante todo el verano.
La próxima vez que enciendas tu aire acondicionado, pregúntate: ¿está listo para el calor? Si no lo sabes, este es el mejor momento para actuar.
