Problemas de dinero, problemas de confianza, comunicación deficiente, vida sexual insatisfactoria: estos han sido tradicionalmente los problemas que causan conflictos dentro de una relación establecida, pero hay uno nuevo: el «phubbing» o el rechazo del teléfono.
El término se ha acuñado para representar el problema cada vez mayor de sentirse ignorado o rechazado por su pareja gracias a la tecnología inteligente.
«Las personas tienen un archivo adjunto a sus teléfonos, ya que no son solo gadgets. Tienen una función que facilita la relación: nos relacionamos con ellos», dice Martin Graff, lector de psicología de la Universidad de South Wales. «Eso se convierte en un problema cuando alguien siente que una conversación cara a cara se considera menos importante que la conversación en su teléfono inteligente».
Puede matar el estado de ánimo o irritarse en el momento, pero cuando se convierte en la regla y no en la excepción, puede provocar enojo, resentimiento y desconexión. Una investigación encontró que el 46 por ciento de nosotros hemos sido engañados por un compañero, y las parejas ahora pasan solo 59 minutos al día sin teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, televisores y tabletas.
Por ello, aquí te dejamos la guía experta para recuperar la comunicación.
Parámetros de acuerdo
Los teléfonos no van a ninguna parte, por lo que necesitamos aprender a vivir con ellos. En lugar de acusar, culpar o discutir, sugiere establecer reglas básicas. Eso podría significar que los teléfonos se guardan cuando están comiendo, o si apagan los teléfonos móviles una hora antes de acostarse. Decidir que ambos se apegarán a las mismas reglas lo hace colaborativo, no conflictivo.
También puedes sugerir que descarguen aplicaciones para ayudar a reducir el uso o aumentar la conciencia acerca de cuánto tiempo pasa en su teléfono. Algunas de ellas son:Space, Menthal Balance, SelfControl o Moment.
Vuelve al ‘el momento’
Algunos investigadores se refieren a los teléfonos inteligentes como «chupetes para adultos», y dicen que cuando nos ponemos de mal humor, aburridos o angustiados, los usamos para calmarnos. No hay ningún daño real en eso si estás solo en algún lugar y tienes una espera de 10 minutos, pero si estás con alguien necesitas concentrarte en la comunicación del mundo real. Los beneficios de la interacción cara a cara superan con creces los de la tecnología. Si ambos aceptan revisar sus teléfonos durante cinco minutos, está bien, pero debe ser una decisión conjunta.
Y como los teléfonos nos pueden atraer a lo que se conoce como un ‘bucle lúdico’, donde participar en una experiencia adictiva nos calma en un estado de tranquilidad, debes reemplazar ese hábito con otras formas de controlar el aburrimiento, calmar el estrés y calmar un zumbido mente. Piensa en lectura, podcasts, escritura o búsquedas artísticas.
Quejarse efectivamente
Si vives con un zombie tecnológico, es probable que los hayas enfrentado, pero ese es el problema: cuando te enfrentas, la gente se pone a la defensiva. Hey «¡No me quejé cuando estabas en tu teléfono!».
En su lugar, tenemos que abordar estas conversaciones de manera constructiva, colaborativa y sin prejuicios. Culpar a alguien nunca ayuda. Nunca debes ser ‘haces esto’ o ‘eres egoísta’, necesitas tener una conversación adulta en la que decidas lo que es aceptable para ti. El tiempo también es clave, así que espera hasta que ambos estén tranquilos, no ataques. en el momento.
Entender el impulso
Es fácil sentir la niebla roja de la ira cuando tu compañero levanta su teléfono mientras habla, pero debes reconocer que todos usan un poco sus teléfonos móviles, todos nosotros en un momento inapropiado de vez en cuando.
También es útil comprender por qué nos dejamos atrapar. Es lo que los psicólogos del comportamiento llaman «refuerzo de proporción variable». Ocasionalmente, recibimos un mensaje muy significativo, pero la mayoría son mundanos. Debido a que no sabemos cuál será, estaremos enganchados y motivados para seguir revisando. De ahí que el 70 por ciento de los correos electrónicos de las oficinas se lean en menos de seis segundos.
Todo el mundo necesita un tiempo de inactividad desde su teléfono y revisar sus correos electrónicos, así que acuerde los momentos en que puede dejarlo y apéguese a él. Anilla en ese momento y vencerás la constante verificación habitual.
Establecer la agenda social
Cuando todo el mundo tiene un teléfono al alcance de la mano, es fácil pensar que todos esperan una respuesta instantánea. En los días de las líneas fijas que sabíamos cuándo era la hora de la cena, y no llamaríamos.
Necesitamos aplicar los mismos límites con los teléfonos inteligentes. Menciona a tus amigos, y sugiere a tu pareja que haga lo mismo, que no use sus teléfonos a la hora de la cena.
De manera similar, con el trabajo, puede ser difícil para la gente desconectarse, por lo que debes estar al tanto de tu zombi tecnológico de una manera cariñosa diciendo algo como: «Sé que tu trabajo está completo, pero me frustro porque espero pasar tiempo de calidad contigo». ¿Podemos acordar algunos parámetros?
No te pongas de acuerdo, actúa
Una vez que haya decidido tus reglas, ponlas en una acción significativa: si el teléfono de tu compañero está en su bolsillo, cada zumbido lo distraerá, cada ping robará su atención. Esto se debe a que las notificaciones activan los centros de recompensa en nuestros cerebros, fomentando la liberación de dopamina, una sustancia química que promueve el comportamiento repetido.
Las investigaciones han demostrado que solo escuchar una alerta de texto puede desviar nuestra atención tanto como leerlo, por lo que los teléfonos deben estar en silencio y completamente fuera de la vista.
Tu relación, tus reglas
Dos tercios de nosotros admitimos que preferiríamos pasar más tiempo con nuestras parejas y menos en tecnología, pero la mitad de nosotros revisamos nuestros teléfonos cuando estamos en el sofá juntos, uno de cada cuatro revisamos nuestros teléfonos en la cama y un quinto los miramos a la mitad.
Se trata de lo que es aceptable en su relación. Si todo el mundo lo hace, está bien, pero si una persona está molesta y la otra no, es un problema. Averigua qué es lo que está bien para ti como pareja y acéptalo, al igual que todos los aspectos de tu relación.