Mucha gente es incapaz de ponerse en marcha cada mañana si no toma un café para despertarse. Lo que quizá no sepan es que esa bebida caliente puede suponer un beneficio para la salud y más aún, claro está; si se encuentra dentro un patrón de vida saludable.
Quizá tengamos en mente que el café no debe ser consumido por personas con hipertensión o que si nos excedemos en la cantidad puede quitarnos el sueño; pero lo cierto es que la ciencia lleva tiempo avisando sobre el efecto protector de esta bebida.
De hecho, los estudios a largo plazo, muestran “que el café reduce el riesgo de mortalidad por todas las causas; de mortalidad por cáncer y de mortalidad cardiovascular y muy especialmente de diabetes y de cáncer de hígado. No tenemos ningún motivo para prohibir el café y tomar entre 3 y 4 tazas de café al día es perfectamente admisible y saludable.
Y es que aunque el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés) había incluido el café en los años noventa como un posible carcinógeno, decidió en 2016 tras la revisión de más de 1.000 estudios realizados en humanos y en animales que no había suficiente evidencia para determinar que el consumo de café produzca cáncer.
El café alarga la vida
Lo que sí parece claro es que el consumo de café habitual se relaciona con una mayor longevidad. Esta es la conclusión de un estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn).
Los resultados del estudio mostraron que consumir café habitualmente se asocia significativamente con una menor mortalidad. De hecho, este efecto sobre una vida más larga se constata tanto en café con cafeína, como descafeinado, soluble o de máquina. Según los datos del estudio, el efecto protector es mayor en personas con 55 o más años; y mostraba una clara tendencia dosis-respuesta en el rango de consumo de entre 1 y 6 tazas al día.
¿Son los componentes del café los responsables de los beneficios?
La asociación entre el consumo de café y el deterioro cognitivo, podría ser el resultado de la interacción sinérgica entre los diferentes compuestos bioactivos presentes en el café. “Por un lado, los compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes podrían ayudar a disminuir el estrés oxidativo -que se va generando cuando una persona tiene diferentes patologías, como es el caso de nuestra población de estudio, que tiene síndrome metabólico, diabetes, hipertensión y que aumentan el riesgo de un deterioro cognitivo- y la inflamación de las neuronas, que conjuntamente con otros componentes bioactivos presentes en el café, podrían atenuar la producción del péptido β-amiloide que se sugiere es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad Alzheimer”.
Así, el consumo de café podría prevenir el daño neuronal; la afectación de las sinapsis -para evitar que se acumule el péptido β-amiloide a nivel neuronal; que si está elevado puede tener efectos tóxicos- y, con ello, el deterioro cognitivo.
¿El café es bueno para la salud o tener buena salud hace que se consuma café?
Ortolá es la primera autora de un estudio, realizado junto al Centro de Investigación Biomédica en Red Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) y el Imdea de Alimentación y publicado en The Journal of Nutrition, que ha querido analizar si el café es el responsable de una buena salud o si esta es la que favorece el consumo de café en adultos mayores.
Según explica Ortolá, la mayoría de los estudios que evalúan esta pregunta son observacionales, es decir, que analizan el efecto de los hábitos de vida en grupos de población. “Estos estudios observacionales pueden tener algunos problemas y entre ellos se encuentra la causalidad inversa, que en este caso significaría que no conocemos exactamente si es el café el que influye en la salud o si es la salud la que influye en el consumo de café”.
No obstante, este efecto se observó para el consumo de café con cafeína. Además, los factores que más influyeron para dejar de tomar café con cafeína fueron el deterioro funcional y de la salud mental; el empeoramiento de la salud percibida por el propio individuo y la aparición de hipertensión”.
Por otro lado, las evidencias acumuladas hasta ahora sugieren que el café tomado en moderación puede formar parte de un estilo de vida y una dieta saludables, “pero los estudios que se hagan en el futuro deberán paliar la causalidad inversa usando varias mediciones del consumo de café en diferentes momentos, y ajustando los análisis por el estado de salud y la presencia de enfermedades. De esta forma conoceremos mejor los verdaderos efectos del café sobre la salud”, explican los investigadores.
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