Muchas ideas pueden nacer de una necesidad personal que, probablemente no sean tan comerciales; hasta que las demás personas se identifiquen con la necesidad o suceda algo como lo que pasó con Bioscarf.
Lo nuevo
Diseñada para usarse, verse y sentirse como una bufanda normal; así es como define a Bioscarf, la creadora de este innovador artículo. Hazel obtuvo la idea irónicamente en un viaje a china que realizó con su esposo; la mala contaminación del aire tuvo como consecuencia que el enfermara y en una visita el médico les recomendó usar mascarilla. En ese momento Hazel recordó que ella realizaba bufandas para sus muñecas; por lo que se le ocurrió diseñar una que cubriera las funciones de una mascarilla. Con la funcionalidad extra de poder verse bien, ser cómoda y además combinar.
Así nació la idea básica de esta bufanda, la cual está hecha de lana como cualquier otra bufanda y fusionada a un filtro tipo N95 capaz de reducir en un el 99.75% de las partículas dañinas. y agentes contaminantes como polen, pelos de animales y microorganismos.
En estos momentos existen dos modelos de bufanda con las mismas prestaciones: la clásica que mide 2 metros con 20 centímetros y tiene disponible 4 colores y una mas ligera diseñada para las personas que camina mucho o hacen ciclismo, esta última con dos colores disponibles.
La idea de Bioscarf parecía algo exagerada para usarse en lugares que no sufren de una contaminación tan exagerada de su aire; aquí es donde el factor sorpresa benefició a esta empresa que sin esperarlo, la situación actual convirtió a su principal producto en una necesidad probablemente básica.
Los precios de esta bufanda oscilan entre los 60 y 69 dólares y puede ser adquirida en su página oficial (https://www.bioscarf.com/). Sin duda esta podría ser una gran opción para las personas que son sensibles en su piel y no pueden usar por tiempos prolongados un cubrebocas o mascarilla.
