El betacaroteno pertenece a un grupo de pigmentos de color llamados carotenoides, se convierte en vitamina A en el cuerpo y se encuentra en muchas frutas y verduras. El betacaroteno y otros pigmentos rojos, naranjas y amarillos llamados carotenoides se consideran antioxidantes, aportan aproximadamente el 50% de la vitamina A necesaria en la dieta; la vitamina A es un nutriente esencial, sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios ayudan a proteger las células del daño.
Las personas usan betacaroteno para un trastorno hereditario marcado por la sensibilidad a la luz, también se usa para prevenir ciertos cánceres, enfermedades cardíacas, cataratas, envejecimiento de la piel y muchos otros propósitos, pero no existe una buena evidencia científica que respalde la mayoría de estos usos. Muchas autoridades sanitarias mundiales recomiendan obtener betacaroteno y otros antioxidantes de los alimentos en lugar de suplementos.
BENEFICIOS DEL BETACAROTENO
Este nutriente puede ser ingerido en cápsulas, por ejemplo, pero lo más adecuado es hacerlo a través de las frutas y verduras que lo contienen como parte de una alimentación saludable. Las más importantes son zanahoria, espinacas, calabaza, melocotones, albaricoques, papaya y brócoli.
El betacaroteno tiene unas propiedades tan particulares que hacen de este nutriente muy beneficioso por diversas razones:
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Disminuye los ataques de asma causados por el ejercicio físico.
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Ayuda a prevenir las quemaduras de sol en personas con piel sensible debido a alguna enfermedad, pero también reduce los signos de envejecimiento prematuro.
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Es esencial para el tratamiento de piel seca, eczemas o psoriasis, también es bueno para curar heridas o cortes.
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Reduce el riesgo de adquirir enfermedades del corazón, ya que contribuye a eliminar el colesterol malo que almacena nuestro cuerpo.
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Evita la aparición de arrugas y el envejecimiento de la piel.
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Protege los ojos de infecciones y cataratas.
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Aumenta las defensas y el sistema inmunológico.
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Mantiene en buen estado la visión, la piel, las mucosas y los huesos.
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Ayuda a prevenir el empeoramiento de artrosis.
Por su parte, el exceso de vitamina A sí resulta tóxico incluso en una única dosis alta provocando nauseas, vértigo, visión borrosa y vómitos. A largo plazo, las consecuencias se agravan pudiendo producirse daño hepático o debilitamiento de los huesos. De ahí la relevancia de no tomar suplementos sin la correspondiente prescripción médica, especialmente en casos de embarazo ya que puedo provocar defectos congénitos.
