Nadie puede negar que la manicura francesa es un clásico atemporal que nunca pasa de moda, y que además, estiliza las manos, rejuvenece y alarga las visitas al salón de belleza.
La manicura francesa es una de las más infalibles que existen, porque es sencilla, discreta, elegante y combina con absolutamente todo. Pero en los últimos años la manicura francesa se ha reinventado y ahora se lleva de colores. Esta variedad que va desde los tonos pastel a los más llamativos como el amarillo te va a encantar.
Aquí te daremos las claves para conseguir una manicura francesa en casa con un resultado profesional. Independientemente de si vas a optar por esmalte normal o manicura semipermanente, seguir este orden facilitará obtener un resultado más natural y profesional:
CÓMO HACERTE LA MANICURA FRANCESA PASO A PASO
- Prepara la uña. Para conseguir un resultado óptimo, es recomendable cortar, limar y dar forma a la uña, además de retirar la cutícula. Puedes dejarlas cuadradas, redondas, en pico… ¡Como más te gusten!
- Aplica el esmalte base. Al tratarse de un diseño sencillo, la capa de este esmalte, que suele ser de un tono rosado suave o nude, es fina y prácticamente imperceptible. Para que el resultado sea perfecto, es aconsejable aplicar dos capas y dejar que la uña se seque por completo para poder continuar (deja un margen de 2 minutos entre capa y capa).
- En tercer lugar, deberás pintar el borde blanco que caracteriza a la manicura francesa. Lo ideal es que cuentes con adhesivos que te permitan cubrir la totalidad de la uña, dejando fuera la zona que desees trabajar. Para una manicura francesa tradicional, deberás utilizar un esmalte de uñas blanco natural. Y si te atreves a hacerlo a mano alzada, hazte con un pincel finito que te permita trabajar con precisión.
- Por último, con el objetivo de que el resultado sea duradero y perfecto, lo mejor es aplicar una fina capa de esmalte transparente o ‘top coat’. Así conseguirás fijar el color durante más tiempo y dar un poco más de grosor y brillo a la uña.