A todos nos ha pasado que después de comer nos da esa sensación de pesadez, cansancio, un aletargamiento acompañado de una gran necesidad de dormir, que es capaz de quitarnos la atención y nos dificulta llevar a cabo algunas tareas asociadas con los procesos cognitivos, un estado que comúnmente conocemos como el mal del puerco y que nos ataca a todos por igual.
Si eres de los que piensa que “el mal del puerco” ocurre porque durante la digestión, la sangre del cuerpo se concentra en el estómago para absorber y digerir los alimentos, y entonces la falta de sangre en el cerebro es la causa de la somnolencia al comer, según especialistas en fisiología, es una creencia falsa.
La somnolencia durante el comer es un proceso fisiológico que ocurre a todos en mayor o menor grado. En términos médicos se le denomina sueño postprandial.
En realidad no es malo, se trata de un estado fisiológico que debería cumplirse, pero a veces es necesario evitarlo, sobre todo si después tenemos diversas actividades como son manejar, asistir a clase o regresar a la oficina.
¿Cómo evitar el mal del puerco?
- No saltarse el desayuno.
- Evitar comer en grandes porciones.
- Evitar alimentos con un alto contenido de azúcar.
- Evitar comidas muy grasosas, como alimentos fritos o empanizados y en su lugar consumir aquellos que estén cocinados al vapor o a la plancha.
- Durante la comida es mejor consumir más verduras que proteínas.
- Comer sin prisas, ya que si se come muy rápido la digestión será más lenta.
- Beber abundante agua natural durante el día.
- Comer poco y varias veces durante el día.
Tips para disminuir la somnolencia
- La dieta es la mejor recomendación. Los alimentos ricos en proteínas, espinaca, soja, huevos, queso, pescado… en fin, la mayoría de lo que consumes diario es factor para “padecer” sueño a deshoras.
- Regular la temperatura de la oficina puede ayudar a disminuir el “sueño porcino”. Abre puertas y ventanas para que el ambiente sea más agradable
- El sueño nocturno es lo más importante para una vida sana. Ten un horario exacto. Cambiar la alarma del despertador ocasiona un incremento en la intensidad de somnolencia vespertina.
- Una siesta de 15 a 20 minutos es buena opción, en especial si tienes que hacer alguna actividad “pesada” (como una junta o elaborar un reporte).