La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de bloquear la demanda originada en Boston en contra de los fabricantes de armas más grandes del país no detiene al gobierno mexicano. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que México continuará su ofensiva legal tanto en tribunales estadounidenses como en la vía diplomática.
Contexto del fallo legal
El pasado 5 de junio de 2025, el máximo tribunal de EE. UU. rechazó, de manera unánime y con voto de la juez Elena Kagan, la demanda presentada en 2021 por México. El argumento central fue que el país no pudo demostrar que las empresas fabricantes —Smith & Wesson, Beretta, Colt, Glock, entre otras— hubieran participado activamente en la venta ilegal de armas a cárteles. Además, se basó en la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas (PLCAA), que garantiza la inmunidad legal a estos fabricantes
Reacción del gobierno mexicano
A pesar del revés judicial, México no bajará los brazos. La presidenta Sheinbaum subrayó que se acudirá a otras instancias legales y diplomáticas, como tribunales en Arizona, para continuar el reclamo. También mencionó que el Departamento de Justicia estadounidense reconoce que “tres cuartas partes de las armas incautadas en México provienen de allá”.
Ventana política e impacto social
Aunque un revés jurídico, expertos y activistas ven una oportunidad política para intensificar la presión sobre los fabricantes y sensibilizar al público en Estados Unidos, resaltando el impacto transnacional de la violencia relacionada con las armas. Las demandas han atraído el apoyo de organizaciones civiles tanto mexicanas como estadounidenses.
La batalla jurídica continúa
El caso de Boston podría regresar a una instancia judicial inferior, según la interpretación que México da al fallo. Pero paralelamente, se mantiene la demanda presentada en Arizona desde 2022, enfocada en armerías y distribuidores, no simplemente en fabricantes. Además, el litigio ha puesto en evidencia lagunas regulatorias y legales en torno al tráfico de armas desde EE. UU. a México.
El rechazo del Supremo de EU no frena la estrategia de México. Lejos de bajar el ritmo, el país redobla esfuerzos judiciales y diplomáticos en tribunales estadounidenses y en foros internacionales. Más allá de lo legal, esta batalla abre un debate crucial sobre la responsabilidad de la industria armamentística y el impacto real en la seguridad de México.
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