El café de México es un reflejo de su tierra. Cada región productora —Chiapas, Oaxaca, Veracruz y otras— aporta su propio carácter a la taza. Las montañas de gran altitud, el rico suelo volcánico y los climas distintivos crean sabores que van desde los brillantes y florales hasta los profundos y achocolatados. Los innumerables tipos de café mexicano ofrecen sabores igualmente diversos para que los conocedores disfruten en cada taza.
Estos cafés no son solo bebidas, son expresiones de un lugar, moldeado por las personas que los cultivan y los preparan. A continuación, presentamos algunas de las tradiciones cafeteras más emblemáticas arraigadas en las diversas regiones de México.
1. Café de Olla (A nivel nacional)
Descripción: Café de Olla no es solo café, es una poción de paciencia y practicidad. Preparado en ollas de barro con piloncillo, azúcar de caña sin refinar que huele a fiestas y canela que pica tan suavemente como el tiempo.
Por qué es popular: Este no es un café para tomar con prisas. Te obliga a bajar el ritmo, a saborear cada nota de la tierra y el sol donde creció. Es el equivalente líquido a sentarse en el porche de tu abuela, dejando que el mundo se desmorone mientras te aferras a la calidez de la familiaridad.
2. Lechero (Veracruz)
Descripción: El lechero es un teatro disfrazado de bebida. Comienza con un modesto chorro de café fuerte en el vaso. Luego viene la leche, vertida desde una altura que parece absurda y elegante a la vez. La leche se estrella contra el café y crea la espuma perfecta.
Por qué es popular: Este es mi favorito personal. El ritual es la mitad del encanto. No solo bebes un Lechero; lo presencias, participas en él. Es Veracruz en una taza: ruidoso, dramático e increíblemente suave una vez que lo dejas reposar.
3. Café Pluma (Oaxaca)
Descripción: Café Pluma se cultiva en altura. Los granos provienen de la región de la Sierra Sur de Oaxaca, donde las nubes se ciernen bajas y el café crece en altura. La infusión resultante es suave, con sabor a nueces y lo suficientemente ácida para recordarte que está viva.
Por qué es popular: Este es un café para puristas. Sin piloncillo, sin leche, sin distracciones: solo la esencia pura de lo que el café debe ser. Es el sabor de Oaxaca, complejo y profundo, como las montañas que lo rodean.
4. Café Chiapaneco (Chiapas)
Descripción: El café chiapaneco es como beber la luz del sol filtrada a través de las hojas. Sus granos, cultivados en los Altos de Chiapas, tienen notas de frutas y flores, una especie de dulzura que parece accidental pero deliberada.
Por qué es popular: Chiapas es la realeza del café y esta bebida es la prueba de ello. Es una de las favoritas de quienes creen que el café debe tener el mismo sabor que el de su lugar de origen, sin complejos ni confusión. Cada sorbo es una postal de las montañas.
5. Café Turco (Puebla)
Café turco, un tipo de café mexicano
Descripción: El café turco es audaz y sin complejos, al igual que los inmigrantes libaneses que lo trajeron a Puebla. Preparado en pequeñas ollas con granos molidos tan finos que son casi polvo, es rico, especiado y tan espeso como una buena historia.
Por qué es popular: Este no es un café para los débiles de corazón. Es lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos o, al menos, mantenerte despierto durante las historias que solo salen a la luz después de la medianoche. Es el tributo de Puebla a su alma multicultural.
6. Café con Piloncillo (Centro de México)
Descripción: Café con piloncillo es la respuesta del café a un abrazo. Se prepara con azúcar sin refinar y tiene un sabor a melaza y humo, y a veces notas cítricas. Puede que se introduzca un toque de vainilla o canela, pero solo para acentuar, nunca para dominar.
Por qué es popular: es el equilibrio perfecto entre lo amargo y lo dulce, una bebida que parece menos una elección y más una inevitabilidad. Este café es reconfortante, simple y llanamente, pensado para saborearlo en las mañanas en las que el mundo se siente un poco demasiado intenso.
7. Café Tabasqueño (Tabasco)
Descripción: Café Tabasqueño combina café y chocolate de una manera que parece inevitable, como si siempre hubieran estado destinados a estar juntos. Utiliza cacao cultivado en la misma región, lo que convierte la bebida en una rica y aterciopelada celebración de las mejores exportaciones de Tabasco.
Por qué es popular: Es el tipo de bebida que te hace preguntarte por qué alguna vez tomaste café sin chocolate. La amargura del café se combina con la dulzura del cacao, creando una armonía que es imposible ignorar. Es Tabasco en una taza: intenso, dulce e inconfundiblemente rico.
8. Café Potosino (San Luis Potosí)
Descripción: El Café Potosino añade un toque de cáscara de naranja, lo que le da a la bebida un brillo inesperado pero bienvenido. A veces se cuela un chorrito de brandy, como un guiño que no estabas seguro de haber visto.
Por qué es popular: este es un café para las tardes, para conversaciones que se extienden más de lo debido. Es la combinación perfecta de amargor y cítricos, una bebida que parece un secreto que te cuentan cada vez que tomas un sorbo.
9. Café con Cajeta (Guanajuato)
Descripción: El café con cajeta toma la rica leche de cabra caramelizada por la que Guanajuato es famoso y la mezcla con el café. El resultado es una bebida tan cremosa y placentera que parece un postre que simula ser un desayuno.
Por qué es popular: Es imposible no amarlo. Dulce sin ser empalagoso, rico sin ser pesado: es el tipo de café que se siente como un capricho pero funciona como un soborno para pasar el día.
10. Café de Chiapas con Nanche (Chiapas)
Descripción: Este café infunde su infusión con nanche, una fruta pequeña y ácida que tiene un sabor a grosella . El resultado es una bebida que resulta familiar y totalmente propia, que equilibra la riqueza del café con el sabor ácido de algo silvestre.
Por qué es popular: No es para todos, y eso es parte de su atractivo. Es un café para aventureros, para personas a las que no les importa correr un poco de riesgo en su taza. Es Chiapas en su forma más audaz, retándote a tomar otro sorbo.