SheGlam ¿crecimiento gracias a la imitación?
SheGlam se ha venido popularizando con el tiempo, por arrasar en ventas con precios sumamente competitivos y por vender productos que son imitación a los de media y alta gama.
SheGlam recuento
Ofrecemos productos de maquillaje de calidad a precios accesibles para que todo el mundo pueda verse y sentirse mejor. Pero también escuchamos lo que demandan nuestros clientes, estamos muy presentes en redes sociales e interactuamos de forma activa con los millones de usuarios que nos siguen en todo el mundo. Abarcamos diversos grupos de edad y colores de piel porque llevar la inclusión y la diversidad a la industria de la belleza es un compromiso de firma. Vendemos en 90 países y en los últimos dos años hemos crecido anualmente más de un 300%.
El éxito…
- Sheglam arrasa entre la generación Z con productos de diseño a precios asequibles para chicos y grandes.
- La otra ventaja es que sacan «dupes/duplicados», capaces de generar en segundos el impulso de compra.
- Sheglam no es la única marca cosmética que triunfa con sus clones. Firmas como Essence, e.l.f, Nyx o Revolution suben en redes y ventas por tener los duplicados más logrados del momento.
¿Cómo se logran precios tan bajos?
Fabricar cosmética es un proceso lento y eso se nota en los lanzamientos de la firma. Mientras que la plataforma Shein lanza 500 prendas nuevas cada día “en belleza lanzamos entre 10 y 12 productos nuevos al año, para tener una o dos novedades al mes. Con variaciones de color, ahora mismo tenemos unas 800 referencias que incluyen 700 productos de maquillaje y 100 herramientas de belleza”, aseguran desde Shein.
Un consumo inconsciente
Los datos de ventas de Sheglam son irreales: The Liquid Family, su gama más viral, supera los 27 millones de unidades vendidas y el brillo de labios con efecto volumen cuenta ya con 2,1 millones de ventas. Y es que los precios tan bajos fomentan el consumo masivo y aumentan el impacto medioambiental.
El skincare está en auge y provoca nuevas necesidades. Los cosméticos se viralizan y generan el deseo de probar nuevos productos. Y, al ser tan baratos, la gente compra sin pensar. No saben si les va a gustar o si va a funcionar en su piel, pero como es barato, lo compran. Si es más caro lo piensan más y no se dejan guiar tanto por esos impulsos
Sonia Ferreiro.
El gran problema de los clones es el poco valor que le dan al producto ya que el consumidor no se lo toma en serio y, a veces, ni siquiera llegan a acabarlo. Todo esto incita a un consumo nocivo por los residuos que generan los packagings y la poca biodegradabilidad de algunos ingredientes como los aceites y las siliconas.
Cosmetólogo Pedro Catalá.
¿Qué opinas de SheGlam y su crecimiento gracias a la imitación?, ¿crees que debemos seguir fomentando el consumo masivo?, ¿estas de acuerdo con las imitaciones?