Café turco: Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

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El café turco no es como cualquiera, se trata de una bebida caliente que se prepara en arena y la consistencia se asemeja más a lo espeso que a lo líquido; sin embargo, poco a poco ha ganado más adeptos fuera de Turquía, convirtiéndose en una de las aportaciones gastronómicas del país europeo más gustadas.

Decimos que no es un café convencional puesto que se trata de uno un tanto más difícil de procesar y de beber, porque, además, se sirve en menos porciones y se acompaña de postres tradicionales de la región, o bien, se consume solo. Todo varía y con la llegada del café turco a otros países ha sufrido cambios, pero siempre manteniendo la esencia de la receta original.

HISTORIA DEL CAFÉ TURCO

En realidad, el café turco recibió el nombre de «café armenio», por lo que se le puede llamar de cualquiera de las dos formas. La UNESCO lo nombró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, gracias a su sabor y su preparación propia de Turquía. Se prepara con café arábigo molido hasta tener una consistencia harinosa. Es muy concentrada y por ende, se sirve en tazas pequeñas sin asa y con muy poco azúcar, o en algunos casos (y para los puristas), sin endulzante.

HISTORIA-DEL-CAFE-TURCO

Es originario del Oriente Medio y se sirve sí o sí en restaurantes de comida turca, armenia y balcánica. Aunque hay países que lo han adoptado como suyo y le agregan ingredientes propios de la región como leche o crema. Esto se debe a que en el siglo XVI, el gobernador otomano de Yemen, Özdemir Pasha, lo llevó a Estambul como si fuera una droga, ya que de acuerdo al Corán, las bebidas concentradas eran consideradas malas y adictivas. Por ello, se volvió muy popular, al grado de ser prohibida.

Años después, tras comprobarse que no era nocivo para la salud y que no era una droga como tal, se permitió su uso. Así llegó a Gran Bretaña y Francia a mediados del siglo XVII, en donde se convirtió en uno de los productos de lujo que se consumían en fiestas de la élite. Hasta la fecha, hay una gran variedad de países que ofrecen café turco de forma convencional, incluso existen cafeterías especializadas o se utiliza para acompañar la gastronomía local de cada región.

DIFERENCIAS DEL CAFÉ TURCO AL RESTO

De inicio, la diferencia entre el café turco y otros tipos empieza en la forma de servirse y prepararse. Como dijimos antes, es similar a la harina y es bastante concentrado. Se necesitan varios aditamentos para conseguir un buen café turco: un pote pequeño para hervir que en Turquía llaman cezve y está hecho de cobre y madera; una cuchara y arena caliente. El procedimiento es muy simple: la arena se pone a calentar y una vez que esté a una temperatura muy alta se pone el pote con el café y el agua hasta que hierva. Enseguida se sirve en tazas pequeñas como las que usan para tomar sake.

El calor que emite es tal que se recomienda tomar suavemente tomando las orillas de las tazas con los dedos previniendo el calor, asimismo, se debe tomar poco a poco alternando con agua a temperatura ambiente. Es normal acompañar postres dulces con él, como un baklava (pastel de hojaldre con pistache).

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