¿Hay cura para la artritis reumatoide?

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¿Hay cura para la artritis reumatoide
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Dado que no existen pruebas diagnósticas, debemos estar muy atentos a los síntomas para determinar si padecemos la enfermedad y poder aplicar un tratamiento que mejore la condición.

Para ningún profesional de la medicina resulta fácil tener que decirle a sus pacientes que, a pesar de las investigaciones, aún no se encuentra una cura para la enfermedad que padecen. Este es el caso para los diferentes tipos de artritis reumatoide, es decir, todavía no se encuentra la cura definitiva de esta enfermedad.

Sin embargo, existen tratamientos para que los pacientes con esta enfermedad puedan tener una calidad de vida suficientemente buena. El tratamiento de la artritis reumatoide, a pesar de no ser la cura definitiva, permite mejorar los síntomas y evitar la progresión de la enfermedad.

¿Qué hacemos para vivir con esta enfermedad?

Actualmente, la mayoría de los tipos de artritis no tienen cura. Esto está comprobado por la Arthritis Foundation. Pero realizando tratamientos adecuados se puede reducir el dolor y la incapacidad que esta condición genera.

¿Cuáles son los síntomas de la artritis reumatoide?

Generalmente, los primeros síntomas de esta enfermedad son dolores en las articulaciones con mucha dificultad para moverlas. Uno de los síntomas más característicos es la rigidez articular en las mañanas, la cual suele durar más de 60 minutos y mejora a lo largo del día. Las articulaciones afectadas con mayor frecuencia son las siguientes:

  • Manos.
  • Muñecas.
  • Dedos.
  • Pies.
  • Dedos de los pies.

Las personas con artritis reumatoide también pueden presentar cansancio, fiebre y pérdida del apetito producto del malestar. De esta manera, algunos de los síntomas son muy inespecíficos, lo que dificulta en gran parte su diagnóstico.

Esta enfermedad es mucho más común en personas mayores de cincuenta años. Sin embargo, hay muchos casos en los que personas jóvenes presentan síntomas como dolor en las rodillas, en los tobillos y las muñecas.

La artritis reumatoide provoca que las articulaciones y los tejidos se inflamen. Por esta razón se dificulta el movimiento normal de todas las articulaciones del cuerpo. Es, además, una enfermedad autoinmune, lo que quiere decir que es el propio organismo que se ataca así mismo por error.

¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?

La artritis reumatoide es una de las muchas enfermedades que existen que no se pueden diagnosticar por medio de una prueba específica. Para que el médico pueda realizar un diagnóstico acertado deberá escuchar con atención todos y cada uno de los síntomas que experimenta el paciente. Sin embargo, al inicio los síntomas son muy generales, por lo que el diagnóstico puede tardar.

Casi todas las personas que tienen esta enfermedad padecen dolores intensos en las articulaciones, estos se tornan mucho más fuertes en las madrugadas.

También suelen experimentar un intenso calor, enrojecimiento y deformación de las articulaciones. Además, sienten adormecimiento de manos y pies, acompañado de otras enfermedades como el síndrome de ojo seco.

Los exámenes de sangre pueden ser útiles en algunos casos, ya que la velocidad de sedimentación globular y la proteína C reactiva pueden elevarse. Además, es posible ver anticuerpos reumatoideos y antipéptidos cíclicos citrulinados.

¿Hay cura para la artritis reumatoide

¿Qué tratamiento se recomienda para la artritis reumatoide?

Algunos medicamentos que el médico receta son muy importantes para las personas que tienen esta enfermedad. Puesto que calman el dolor y ayudan a desinflamar las articulaciones. En algunos casos, los medicamentos también pueden detener el proceso de la enfermedad impidiendo que esta avance. Dentro de los medicamentos recetados para tratar la artritis reumatoide destacan los siguientes:

  • Antiinflamatorios no esteroideos: estos fármacos alivian el dolor y ayudan a reducir la inflamación. Los medicamentos más potentes deben consumirse bajo receta médica, aunque algunos son de venta libre como el ibuprofeno y el naproxeno sódico.
  • Esteroides: los corticosteroides además de disminuir el dolor y la inflamación, retrasan el daño articular, por lo que frenan la progresión de la enfermedad. No obstante, deben consumirse bajo estricta vigilancia médica, debido a los numerosos efectos secundarios que poseen.
  • Antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales: su principal función es retrasar el avance de la artritis y evitar que las articulaciones sufran daños permanentes. Uno de los más utilizados es el metotrexato, aunque la leflunomida, la hidroxicloroquina y la sulfasalazina también resultan útiles.
  • Otros antirreumáticos modificadores de la enfermedad: existen otros fármacos biológicos, sintéticos y con diana específica que también frenan la evolución de la patología. Además, su efectividad aumenta cuando se combinan con los antirreumáticos convencionales.

Los ejercicios físicos y la terapia ocupacional pueden ayudar a aumentar la movilidad de las articulaciones. Por su parte, existen ciertos procedimientos quirúrgicos, los cuales se pueden realizar cuando todos los medicamentos disponibles han fallado en el alivio del dolor.

Una enfermedad que no tiene una cura definitiva

Aunque aún no existe un tratamiento que ofrezca una cura definitiva para la artritis reumatoide, el apoyo de la familia es invaluable para que estos pacientes sigan adelante llevando una vida normal dentro de las posibilidades.

Es importante seguir al pie de la letra las recomendaciones de los médicos que las tratan. De esta manera tendremos la posibilidad de seguir adelante y tener una mejor calidad de vida.

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