Las semillas de chía, ricas en omega-3 y fibra, tienen propiedades contrastadas. Aprende a preparar agua de chía: es una forma sana y deliciosa de disfrutarlas. ¡Te sorprenderá!
Las semillas de chía son una de las principales fuente de ácidos grasos esenciales omega-3, sobre todo en la dieta vegetal. Además, contienen calcio, magnesio, hierro, fósforo, vitaminas del grupo B y proteínas. En conjunto aportan múltiples propiedades nutricionales muy beneficiosas para nuestro organismo.
Es conveniente consumir semillas de chía habitualmente, si es posible a diario, para garantizarse la obtención de cantidades suficientes de omega-3. La cantidad recomendada es aproximadamente de una cucharada sopera de semillas, que proporcionan unos 2,5 g de omega-3 (la ingesta recomendada es un mínimo de 1,5 g).
Tomar agua de chía es una buena manera de consumirlas, pues es una bebida refrescante y agradable en las que las semillas conservan todas sus propiedades y están listas para que nuestro cuerpo las digiera bien y asimile todos sus nutrientes. Te explicamos cómo se prepara.
CÓMO HACER AGUA DE CHÍA
Hacer agua de chía es muy sencillo. Necesitas muy pocos ingredientes y solo has de prever que, como hay un tiempo de remojo mínimo, tendrás que prepararla con antelación.
Ingredientes (para 1 personas):
- 15 g de semillas de chía
- el zumo de un limón
- 500 ml de agua
- 1 cucharada del endulzante que más te guste, como azúcar de caña integral, xilitol o azúcar de coco
Elaboración:
- Pon las semillas de chía en remojo. Para ello, introduce la chía en un recipiente y cúbrelas con agua. Evidentemente en este paso no gastarás el litro entero de agua, solo la cantidad necesaria para cubrir todas las semillas. Reserva el resto del agua para más adelante. Tendrás que dejar la chía en remojo una hora para que se reblandezca y crezca.
- Mientras tanto, coge otro recipiente y vierte el agua que sobró del paso anterior. Agrega el zumo de los limones y mezcla bien. Si no tienes limón, puedes utilizar zumo de lima: el resultado será muy similar.
- Agrega el endulzante y remuévelo bien.
- Una vez transcurrido el tiempo de remojo de las semillas, agrega la chía al agua con limón sin colarla. Mézclalo todo bien y deja que repose durante 10 minutos. Puedes dejarla a temperatura ambiente o introducirla en el frigorífico, en función de si quieres que el agua esté fresca o natural.
- Pasado el tiempo de reposo, ya la puedes servir en vasos y, si lo deseas, introducir cubitos de hielo y decorar con una rodaja de limón o lima. No cueles el agua, bébete las semillas para beneficiarte de todas sus propiedades.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE COMER SEMILLAS DE CHÍA?
Estos son los principales beneficios de la chía para la salud, que podemos aprovechar al consumir agua de chía o las semillas en otras recetas:
- Mejora de la salud cardiaca: Las semillas de chía son ricas en ácido alfa-linolénico (ALA), qué precursor de la familia omega-3 que se encuentra en las plantas. En el cuerpo humano, el ALA se convierte en los otros dos ácidos grasos omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Sabemos que los ácidos grasos omega-3 son esenciales para un sistema cardiovascular saludable porque reducen la inflamación y el colesterol, entre otros efectos. También son beneficiosos para el cerebro.
- Mejor control de la glucosa: Un estudio en ratas encontró que si consumían una dieta que contenía regularmente semillas de chía o aceite de semillas de chía mejoraba su respuesta a la glucosa y la insulina. Es necesario realizar más investigaciones en humanos, pero las semillas de chía parecen ayudar a equilibrar el azúcar en la sangre porque su alto contenido de fibra retarda su absorción.
- Digestión más suave: Las semillas de chía son una fuente abundante de fibra, con 10 g en 2 cucharadas. La fibra de las semillas de chía es principalmente soluble, lo que te ayuda a aumentar la sensación de saciedad, ralentiza la digestión y favorece el buen estado de la microbiota intestinal.
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