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Cuando nos sentimos estresados o ansiosos (abrumada), no es raro que nuestra respiración se vuelva superficial, incluso podemos sentir que estamos conteniendo la respiración, pero para eso te mostraremos una rutina que deberás realizar para no sentirte abrumada y sin duda verás una gran diferencia.

Nuestros cuerpos tienen la asombrosa capacidad de mantenernos respirando involuntariamente sin mucho esfuerzo. Por lo general, solo pasamos el tiempo pensando conscientemente en nuestras respiraciones si tenemos problemas de salud( como EPO, apnea del sueño o bronquitis) o somos súper activos.

Pero no todos los animales tienen el lujo del control de la respiración subconsciente. Por ejemplo, los delfines y las ballenas son respiradores conscientes obligatorios.

Los delfines usan sus bocas para capturar y comer presas, y su ingenioso orificio para respirar, generalmente cuatro o cinco veces por minuto, cuando están en la superficie del agua. A diferencia de los humanos, los delfines deben pensar en inhalaciones y exhalaciones. Los delfines nunca se duermen completamente, y parte de su cerebro permanece alerta en todo momento para regular (y para mantener un ojo abierto para los depredadores).

Entonces, ¿qué sucede si conseguimos nuestro delfín metafórico y miramos conscientemente nuestra respiración?

Según la investigación de Healthwise, las respiraciones lentas y enfocadas pueden reducir el estrés y la ansiedad, y así sentirte menos abrumada. Espiritualmente, la respiración consciente puede ayudar a desacelerar la mente y ponernos en contacto con una conciencia más expansiva. De hecho, hay un largo linaje de esta práctica espiritual, principalmente de las tradiciones budista, taoísta y védica, que nos conecta con nuestra fuerza vital, también conocida como Qi ( chee ), o prana .

El siguiente ejercicio se basa en una meditación de conteo zen. Es agradable y positivamente adictivo. Sin duda con ellos te sentirás menos abrumada.

  • Silencia el teléfono, la computadora o cualquier cosa a tu alrededor que pueda sonar, o vibrar.
  • Siéntate de manera que tu espalda quede recta, permitiendo un movimiento natural de la respiración dentro de tu cuerpo

    No, no es necesario invertir en un elegante cojín de meditación. ¡Una silla funciona bien!

  • Haz tus ojos cómodos

    Esta práctica se puede hacer con los ojos cerrados o con la mirada descansando suavemente en un lugar en el suelo. Es importante mantener los ojos descansando en lugar de mirar fijamente, mirar a tu alrededor o traer distracciones a tu mente.

  • Presta atención a tu respiración

    Observa que tu vientre sube y baja, los movimientos en tu pecho y el paso de los pensamientos a medida que van y vienen, como nubes en el cielo.

  • Cuenta cada respiración en silencio en tu mente

    Al final de la inhalación, contar uno. Al final de la exhalación, cuente dos. Continúa hasta llegar a cinco. Si llegas a seis , observa que tu mente ha vagado y luego vuelve a ponerla en uno. Sin embargo, si te encuentras preguntándote qué hay para cenar, con cuidado, vuelve a uno. También, si te sientes irritado por el ruido que viene de la habitación a tu lado, comienza de nuevo a la una. Evita juzgar a los errantes. Es totalmente normal. Nuestras mentes están hechas para pensar, y pensar: ¡alrededor de 50,000 pensamientos al día! Solo dirígete a contar uno, dos, tres, cuatro, cinco.

  • Siente cómo se agudiza tu conciencia

    Después de haber estado contando durante un tiempo, es posible que escuches sonidos a tu alrededor con mayor claridad, puedes sentir la temperatura (o el clima) con mayor precisión. ¡Quédate con la respiración!

  • Regresa a tu día lentamente

    Cuando hayas terminado, evita saltar rápidamente para revisar tus mensajes de texto o noticias sociales. Muévete como si tu cuerpo estuviera a la mitad de la velocidad, facilitando la actividad lenta y deliberadamente.

Repetir todo el día. ¿Con qué frecuencia? Siempre que necesites un poco de paz. Las adicciones respiratorias son adicciones saludables.

 

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