Las 7 Maravillas del Mundo Antiguo han manteniendo viva la llama de la intriga y de los grandes sueños viajeros. Así que vamos a sumergirnos en su apasionante historia.
Cuando los griegos viajaban por todo el Mediterráneo a lo largo y ancho de su poderoso imperio, movidos por el interés de descubrir su importante legado y el de civilizaciones anteriores como la egipcia, persa y babilónica, comenzaron a hacer recomendaciones a otros turistas sobre cuáles eran las construcciones dignas de ser contempladas por su gran belleza y espectacularidad.
En el s III a. C. Alejandría era la ciudad más importante del mundo y su icónica biblioteca, el “centro del conocimiento”. Fue en esta gran urbe egipcia donde se elaboró por vez primera la lista oficial de las 7 maravillas del mundo antiguo de manos de Calímaco, con el objetivo de dar voz a los gustos de los viajeros griegos. Su libro no ha llegado hasta nuestros días, pero sí el texto posterior del siglo II a. C. de Antípatro de Sidón, donde cada una de ellas aparece descrita con gran sutileza poética. Dicho inventario se fue modificando a lo largo de los años según el gusto o las modas del momento, hasta que se estableció la selección definitiva en el Renacimiento. Es entonces cuando el pintor holandés de Maerten Van Heemskerck fue el encargado de representarlas lo más fielmente posible mediante grabados.
¿Por qué 7 maravillas?
¿Y por qué 7? Parece ser que este número era simbólico en aquellos tiempos por su gran connotación espiritual; los 7 días de la semana en Babilonia; los 7 días de las 4 fases lunares del mes lunar o la creencia de que había 7 planetas.
Sin duda, estas obras escultóricas y arquitectónicas de la época antigua representan el paradigma del talento del ser humano llevado a la excelencia. Construidas a escala colosal para abrumar al espectador, han sido catapultadas al éxito por su exquisita suntuosidad y sentido de la estética. Fue así como una pirámide y un faro egipcios, un mausoleo, unos jardines, un templo y dos colosales esculturas se alzaron con el título de maravillas del mundo antiguo, entendidas como los siete lugares que había que visitar al menos una vez en la vida.
Salvo la Gran tumba del Faraón Keops, la cual ha ganado el desafío del tiempo, las demás maravillas se han perdido, pero siguen presentes en el imaginario de cualquier amante de la arquitectura y la escultura que reconozca el mérito que representa haberlas creado sin la maquinaria y los avances de la modernidad.
7 maravillas del mundo antiguo
1. LA GRAN PIRÁMIDE DE GIZA:
Ubicada en la meseta de Giza, a las afueras de la capital egipcia de El Cairo, la Gran Pirámide es la única de las 7 maravillas del mundo antiguo que aún sigue en pie. Finalizada en el año 2550 a. C. aproximadamente, fueron necesarios más de 100000 egipcios, 2,3 millones de bloques de piedra caliza de 2,5 toneladas y 23 años, para llevar a cabo esta soberbia edificación diseñada por el arquitecto Hemiunu y ordenada construir por el famoso faraón Keops para ser su tumba real y asegurarle el paso a la vida eterna.
Luce una forma geométricamente perfecta con base cuadrada, 4 caras triangulares lisas y un vértice angulado. Sus imponentes dimensiones de 230 m de ancho y 145 m de altura le confirieron durante 3800 años el honor de ser el edificio más alto del mundo, hasta que en el siglo XIV el chapitel de la catedral de Lincoln en Inglaterra la sobrepasó.
2. LOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA:
Los jardines más famosos del mundo se construyeron en el siglo VI a. C. en la ciudad más espectacular de la tierra en esa época, Babilonia, actual Irak.
El rey Nabucodonosor II, para aliviar la nostalgia que su amada reina Amitis de Media sentía por el fértil paisaje de montañas de su tierra, ordenó construir en su palacio estos célebres jardines. Consistían en unas terrazas abovedadas de ladrillo cocido apoyadas la una en la otra sobre pilares y plagadas de plantas y árboles exóticos como sauces, robles, cocos, plátanos o palmas. Un depósito en la parte superior proveía de agua a tan increíble vergel proveniente del río Eufrates, el cual discurría a los pies de la colina.
3. EL TEMPLO DE ARTEMISA:
Construido en la antigua ciudad de Éfeso, en la actual Turquía, el puerto más grande del Egeo, el Templo de Artemisa fue el santuario de mármol más grande del planeta dedicado a la diosa griega de la fertilidad, la caza y la guerra, Artemisa, hija de Zeus.
El rey Creso de Lidia encargó el diseño del templo al arquitecto cretense Quersifrón en el siglo VI a. C. y las estatuas del mismo al talentoso escultor Escopas. Como la obra se prolongó hasta 120 años, tuvo que tomar el testigo de su construcción su hijo Metágenes. Poseía unas impresionantes dimensiones de 110 m de largo por 55 m de ancho y estaba rodeado 127 columnas estriadas de 18 m de altura formando una doble hilera. La estatua de 2 metros de la diosa era de madera recubierta de plata y oro y se erigió a cielo abierto sobre un baldaquino. Para algunos autores del momento, el Templo de Artemisa fue descrito como la maravilla del mundo antiguo más bella de todas.
4. EL ZEUS DE OLIMPIA:
Otra de las maravillas del mundo antiguo fue la gigantesca estatua criselefantina de 12 m de altura que representó al dios supremo Zeus en la ciudad griega de Olimpia, lugar de las famosas competiciones atléticas. Fue realizada por Fidias en el año 430 a. C. utilizando marfil, oro macizo y piedras preciosas.
El genial arquitecto de la época ya había alcanzado previamente la gloria en todo el imperio griego gracias a la construcción de la escultura de la diosa Atenea Pártenos erigida en el Partenón de Atenas, cuya Acrópolis se puede visitar y se alza como un símbolo fehaciente del gran esplendor que vivió la Grecia clásica. Su mente privilegiada le llevó a inventar una perspicaz técnica de tallado del marfil. Esta consistía en ablandarlo para extraer láminas y moldearlas a la medida exacta.
5. EL MAUSOLEO DE HALICARNASO:
En la antigua ciudad del imperio persa llamada Halicarnaso, que hoy en día es Bodrum y pertenece a la actual Turquía, se levantó el famoso mausoleo sobre una pequeña colina que dominaba el puerto entre el 353 a. C. y el 350 a. C.
Los arquitectos griegos Sátiro de Paros y Piteo diseñaron esta imponente tumba de mármol blanco de Mármara a petición de la esposa del rey sátrapa del imperio persa Mausolo, cuyo nombre generó la posterior creación del término mausoleo como estructura funeraria.
6. EL COLOSO DE RODAS:
La isla griega de Rodas tuvo el privilegio de acoger otra de las 7 maravillas del mundo antiguo. El coloso fue una enorme estatua de 32 metros de altura y 70 toneladas de peso formada por piezas de bronce ensambladas. Representaba a Helios, el dios griego del sol y fue diseñada por Cares de Lindos entre el 294 y 282 a. C. como encargo para celebrar la victoria sobre el enemigo ante el fuerte asedio de Demetrio I, rey de Macedonia. ¿Su precio? 300 talentos.
La imagen de esta gran hazaña escultórica que se ha recreado, es la de una gigantesca e impresionante estatua de Helios que se alza a los pies del puerto de Rodas. Presenta un cuerpo atlético, el brazo derecho alzado portando una antorcha y en su cabeza una corona con rayos de oro apuntando al sol. Cabe destacar que el genial escultor desarrolló una ingeniosa técnica de la que fue pionero. Gracias a ella, consiguió moldear las grandísimas piezas de bronce antes de ser ensambladas.
7. EL FARO DE ALEJANDRÍA:
El faro más famoso del planeta se construyó entre el 285 y el 247 a. C. en la isla de Pharos, frente a la ciudad egipcia de Alejandría, la cual era en aquella época un importantísimo puerto marítimo abierto al Mediterráneo y conocida como el “centro del saber” por su afamada biblioteca.
Esta elegante edificación de granito y piedra caliza de unos 120 m de altura, fue obra del arquitecto jonio Sóstrato de Cnido bajo el reinado de los reyes Ptolomeo I y Ptolomeo II.
Sobre una base cuadrada, se alzaba una torre octogonal coronada con un gran espejo para reflejar la luz del sol durante el día. Mientras que durante la noche, se encendía una pira de leña y resina con el objetivo de proyectar su luz hasta 50 km mar adentro y guiar a los navegantes que se acercaban a la costa.